sábado, 26 de marzo de 2011

EL LIDERAZGO Y SUS ESTILOS

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El liderazgo, básicamente, es la forma de motivar a los colaboradores para la ejecución de planes। Existen diferentes estilos de liderazgo. El autoritario, el participativo y el que se basa bastante en la delegación.

Los buenos líderes saben mezclar los tres estilos y los malos tienden a mantener un solo estilo que es el autoritario, también llamado autocrático. Este último estilo se caracteriza porque los dirigentes dicen a sus colaboradores lo que deben de hacer y cómo lo deben de hacer, sin atender a sus opiniones.
Así, los colaboradores no se sienten motivados, pues este estilo, además, se suele acompañar de gritos o incluso amenazas. Este estilo autoritario, puede llegar a ser abusivo y debe utilizarse en raras ocasiones. Si se desea obtener un mayor compromiso y motivación de sus empleados, debe utilizarse el estilo participativo.
Este estilo implica que uno o más colaboradores toman parte en el proceso de la toma de decisiones (determinación de qué hacer y cómo hacerlo). El líder mantiene la autoridad y la capacidad para tomar la decisión final y esta participación debe considerarla como un signo de fortaleza. No es de esperar necesariamente que un líder lo sepa todo y el uso de este estilo es de beneficio mutuo y los empleados se sienten parte del equipo y de sus mejores decisiones.
En el estilo basado en la Delegación, aunque el líder sigue siendo responsable de las decisiones, se utiliza cuando los empleados son capaces de determinar lo que hay que hacer y cómo hacerlo. El líder no puede hacerlo todo y debe saber delegar determinadas tareas. Este estilo utiliza la confianza en sus colaboradores.
Un buen líder utiliza los tres estilos, dependiendo de la ocasión y sus circunstancias. El estilo autoritario puede usarse (aunque sin extralimitarse) con un nuevo empleado que está aprendiendo el trabajo o en el caso de mal comportamiento. El uso del estilo participativo tiene sentido con un equipo de trabajadores que conocen su trabajo. El estilo por delegación se debe utilizar con un colaborador que sabe, incluso más que el líder, sobre un problema concreto.
Un ejemplo de utilización de los tres estilos sería: Decir a sus empleados que un procedimiento no está funcionando correctamente y que se debe establecer uno nuevo (autoritario), solicitando sus ideas y aportaciones para la creación del nuevo procedimiento (participativo) y delegando tareas a fin de aplicar el nuevo procedimiento (por delegación).
Hay una diferencia también en el enfoque de los líderes respecto a sus colaboradores. Los líderes positivos usan las recompensas, la formación y la independencia para motivar a los empleados, mientras que los negativos amenazan con sanciones, creen que es la única manera de que se hagan las cosas y utiliza la reprimenda delante de los demás.
Los negativos no lo creen, pero lo que siempre sucede es que con su comportamiento la moral del empleado cae y esto conduce a una menor productividad।

Alberto Aguelo
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