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En las últimas décadas se han producido distintas transformaciones en los mercados, acompañadas por cambios en el contexto económico, comercial y tecnológico. El proceso de globalización está teniendo una repercusión en la conducta productiva de las empresas y en la definición de sus estrategias.
La situación antes de la crisis podría describirse como de “rediseño de los negocios”, de refundación o de reingeniería al menos de la actividad productiva. Las condiciones en las cuales las empresas fueron manejadas por sus dueños en el pasado, se han modificado sustancialmente porque necesitan reinsertarse en un nuevo escenario productivo y comercial mucho más internacionalizado.
Si bien las pymes han ido adaptándose a las coyunturas económicas y de mercado, han quedado colocadas en una situación de naturaleza distinta, que afecta a sus objetivos, su forma de funcionar, sus ventajas competitivas y las capacidades y recursos requeridos. Los desafíos actuales de las pyme no son de simple ajuste transitorio requerido por una recesión como la actual sino de transformación.
El sistema económico internacional, se ha transformado en un sistema muy competitivo, debido a los procesos de globalización.
Es el resultado de la formación de centros de decisión supranacionales, que influyen en la dirección que han de seguir los mercados industriales, de servicios, comerciales y económicos. La globalización es una realidad donde las relaciones, los procesos y las estructuras económicas se mundializan y los países se convierten en sectores de una sociedad global.
Los consumidores se van estandarizando a nivel mundial, aunque se diferencian internamente y la división ya no es conveniente efectuarla por naciones, sino por niveles sociales, culturales y económicos.
Los consumidores modernos se han convertido en individuos sin nacionalidad, a los que hay que satisfacer a como dé lugar. Debido a ello, la contienda entre las empresas se ha ido tornando brutal, con dos aspectos que deben ser considerados: la obsolescencia de la tecnología y la caída de los márgenes.
La estandarización de los consumidores, la necesidad de innovación tecnológica y la velocidad de los ciclos comerciales, fuerzan a transformar los rasgos culturales de las empresas.
La globalización de los mercados ha sido también el resultado natural de la presión a la que se ven sujetas las empresas para mantenerse en un mundo altamente competitivo, en el que el éxito depende de una elevada productividad y eficiencia.
En el pasado las corporaciones actuaban en múltiples mercados nacionales y desde una sede central, establecían las estrategias para cada país. Ahora, la moderna empresa, concibe sus actividades mundialmente, adaptándose para funcionar en un mercado globalizado.
La competencia se basa en la lucha por disminuir los costos o por la diferenciación de productos.
Es el momento de los productos mundiales, que deben ser flexibles a los requerimientos específicos de los consumidores y de los canales de comercialización establecidos en cada territorio. Es por eso que las empresas se ligan a otras empresas en aquellos lugares de los que pueden capturar valor.
Entres las pyme se está difundiendo un clima competitivo más intenso y las empresas industriales han comenzado a reaccionar ante estos cambios. Los empresarios tienen que dejar de lado viejas formas y tienen que aprenden a utilizar los principios de la fabricación flexible, con métodos de producción sincronizados con la demanda y el control para la calidad cero defectos.
Una mayor subcontratación de servicios de apoyo a la producción, aparece hoy como una estrategia necesaria.
Por todo esto, a muchas pymes les ha sido imposible sobrevivir y, como consecuencia han crecido las compras y absorciones, así como las quiebras y los cierres.
Muchas sobrevivieron mediante una significativa modificación de sus prácticas. Otras subsistieron porque se transformaron en subcontratistas de grandes firmas transnacionales o se mantuvieron aisladas en pequeños nichos de mercado.
Otras sobrevivieron gracias a que pudieron y optaron por invertir en mejorar considerablemente sus plantas de producción y sus capacidades tecnológicas.
Las alianzas empresariales
Un mecanismo de cooperación entre empresas pequeñas y medianas, en donde cada empresa participante decide voluntariamente participar en un esfuerzo conjunto.
El esfuerzo conjunto puede materializarse de distintas formas, hasta llegar a la fórmula joint-venture.
La globalización económica está redefiniendo la interrelación con el entorno, en la búsqueda de estrategias más viables para enfrentar la competencia y como requisito básico de supervivencia para las pyme.
Los gobiernos tienen un rol inevitable en el logro del desarrollo competitivo, que afecta a muchos aspectos del ambiente de los negocios. Las universidades, las escuelas de negocios, las agencias que establecen los estándares y otras instituciones contribuyen también al buen ambiente microeconómico de los negocios, facilitando la mejorar de la calidad y apoyar más la competitividad, mejorar la colaboración y la capacitación.
Las redes empresariales pueden ser también un mecanismo de desarrollo, proporcionando estímulo y mutua cooperación.
Las pyme deben buscar fortalecerse.
Alberto Aguelo
http://www.empresadehoy.com
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